Hola Amantes de la lectura!
Henos aquí con un nuevo capítulo de la novela, que cada día avanza más y ya veremos donde nos lleva. Por lo pronto ya ven lo que ha sucedido con Hella y Charles y de momento descubriremos si ésta se atreve o no a llevar más allá esto que va surgiendo entre los dos, sin que con ello traicione a su mejor amiga. Ambos capítulos se encuentran desde el viernes publicados en Wattpad.
Bueno, sin más dilación, aquí lo tienen:
Capítulo 11
Sabor a Derrota
Charles no pudo dormir en toda la noche, así que
decidió atiborrarse de licor. Cuando se fue a la cama estuvo buen rato mirando
al techo abovedado, pensando en la situación y de cómo había perdido por
completo el control. Se preguntó qué habría pasado si Hella no lo hubiera
detenido ¿Él habría sido capaz de seducirla allí mismo? Tocarla, saborearla,
había sido tan intenso, tan delicioso que, decididamente él no habría podido
parar. Ella le despertaba sentimientos que jamás creyó posibles, puesto siempre
había sido tan práctico y muy poco dado al romance, simplemente había aprendido
a dominar muy bien el arte de la seducción y no había mujer que se le
resistiese. Aunque no se vanagloriara de ello, ya que siempre había sido muy
reservado y esperaba que el perfecto caballero. Pero allí estaba él,
completamente seducido, «no, no era
seducción, Hella no era esa clase de mujer, pero había un no sé qué en ella que
lo atraía poderosamente, que le impelía a cuidarla, a adorarla… a amarla».
Sus ojos se abrieron desmesuradamente frente al
golpe de tal afirmación, de su mente, su cuerpo o quizás su corazón, no lo
sabía con certeza, pero lo cierto era que la emoción que eso le produjo fue
inconmensurable.
****
Hella despertó con un enorme cansancio y hastío,
era domingo así que no podía marcharse al trabajo y tratar de ocupar su mente
en algo más constructivo y no en pensar en todo lo ocurrido la noche anterior.
Luego de desperezarse se levantó y se fue al sanitario donde se cepilló los
dientes y tomó un reconfortante baño. Luego se vistió y fue a prepararse un
poco de té que era lo que único que podría tolerar ya que no tenía apetito.
Encendió el estéreo y comenzó a sonar una canción algo teatral pero que le gustaba
muchísimo, de uno de sus grupos favoritos, FUN, “Be Calm”; y por un momento esa
canción sonaba exactamente como lo que ella necesitaba escuchar, así que
comenzó a tararearla y cantar como para sacar de sí tanta frustración y tanta
tristeza, encendió su laptop y se puso a trabajar.
****
Por primera vez en mucho tiempo Charles decidió
utilizar su auto, ya que desde hacía mucho, cada vez que llegaba a la ciudad
había requerido de la limosina y Frank para movilizarse, pero ese día
necesitaba tomar el control, así que cuando le dijo a Frank que mantuviera a
punto el Jaguar F-Type Coupé, su última adquisición, éste lo miro no con poco
asombro.
No estaba muy seguro hacia donde se dirigía hasta
que se le ocurrió una idea, lo que necesitaba era agotar todas sus energías,
así que ¿Qué mejor que un buen partido de tenis o bádminton? De manera que
llamó a Roger y le pidió que se encontraran en el club. Cuando llegó, Roger ya
se hallaba esperándolo.
—¿Vaya,
vaya, pero a quién tenemos aquí? —dijo con una sonrisa sardónica.
—No estoy de humor Roger —respondió secamente—.
Espero que no hayas tenido otros planes entre manos, pero considerando que
decidiste abandonarme anoche, creo que me lo debías.
—¿Tan mal te fue? — Indagó éste mordazmente.
—No en
realidad. — Se sorprendió respondiendo Charles—. La verdad es que fue
interesante, pero resultó agotador también. Necesito quemar energías, hasta
quedar exhausto, hasta que ya no pueda pensar siquiera.
—Vaya, podrías haberme llamado anoche y así
salir a evadirnos con placeres más excitantes ¿No crees?
—No creo que eso me sirva de mucho ahora —respondió
cáustico.
—Te veo muy mal querido amigo.
—¿A qué te refieres?
—¿No prefieres sumergirte en el exuberante y
delicioso cuerpo de una mujer? Eso es muy raro y poco digno de ti ¿acaso?...
—¿Acaso qué Roger? — Lo miró retadoramente.
Roger le palmeó el hombro y socarronamente le dijo:
—Creo que te ha picado el mosquito del amor
Manners.
Charles lo miró como si fuera un fenómeno y por un
momento Roger sintió compasión de su amigo. Le hizo señas para que lo siguiera
al café. Allí se sentaron y hablaron.
—¿Y cómo se llama la infeliz suertuda?
—¿Por qué dices eso? No es un juego —repuso
tajante—. ¿Cómo puedes estar seguro? No he dicho que éste enamorado, no, no…
—Charles,
te conozco bien, jamás te negarías el placer de una hermosa mujer. Ambos
siempre hemos sido lo que somos. — Se encogió de hombros y lo observó de soslayo—.
Y últimamente, bueno, en las últimas dos semanas te has comportado casi como un
monje. Creo que desde que… hmmm, sí, desde que nos encontramos con la deliciosa
Vivian Thompson. Recuerdo que se marcharon juntos esa noche —dijo en señal de
triunfo y cómo si hubiera descubierto un gran secreto.
Charles suspiro y lo miro con fastidio.
—¿No sé por qué soy tu amigo? A veces eres tan
estúpido, aunque debo reconocer que atinaste un poco. — Roger lo obsequió con
una sonrisa guasona.
Sabía que Charles no hablaba en serio, solían
tratarse de esa manera, ambos eran como el hermano que nunca habían tenido, si
bien el hermano de Charles había muerto muy pequeño y éste tenía también una
hermana menor, Rose, a quien adoraba por encima de todo.
—Entonces ¿Me vas a hablar de ella o qué?
—Ya te
dije que no estoy para tus tonterías, sólo quiero jugar un partido hasta quedar
agotado, así que te recomiendo que hoy no apuestes porque vas a perder.
—Ah ¿sí? Creo que me subestimas Charles,
además dudo que con lo atormentado que sé que debes estar por lo de tu
repentino enamoramiento de la señorita misteriosa, logres mejorar tú juego, más
bien todo lo contrario, así que, que se abran las apuestas. — Ambos rieron
sonoramente.
****
A media mañana Hella decidió llamar a Charlotte,
ya que no lo había hecho la noche anterior, por lo que estaba segura de que
ésta debía estar más que preocupada, molesta, de modo que inspiró profundamente
y marcó su número celular.
—¿Hola? —Se
escuchó la voz de Charlotte, al otro lado de la línea y por como había sonado
dedujo que le vendría una reprimenda—. Vaya, así que finalmente das señales de
vida Hella Foster ¿Sabes lo preocupada que estaba? Llamé y tu teléfono apagado,
llegué a pensar lo peor, pero no, Scott trató de tranquilizarme diciendo que
las malas noticias eran las primeras en llegar, que tal vez tu teléfono se
había descargado y no sé qué otra cosa. — Hella la escuchó pacientemente hasta
que ésta se calmó.
—Lo sé,
lo siento Charlotte, fue una noche pesada, comenzó a llover, así que tuve que
refugiarme bajo el primer edificio que encontré ¡Luego el señor Manners! — Se
tapó la boca y calló.
—¿El
señor Manners qué Hella? — La interrogó inmediatamente y sin tregua—. ¿Hella?
Hola ¿Sigues allí?
Hella reaccionó—:Yo, sí, aquí estoy Charlotte.
—¿Qué sucedió con el señor Manners Hella?
—Nada, en
serio. — Suspiró enfadada consigo misma, por su estupidez—. Él me avistó y pues
me trajo a casa. — Obvió el resto de la historia.
—¿En
serio? Uyyy, ¡qué emoción! Y ¿qué te dijo? ¿Sobre qué asunto hablaron?
—De nada
en particular —respondió algo irritada—. Sólo cruzamos unas palabras, parecía
agotado y yo definitivamente lo estaba.
—Francamente
Hella, eres tan tonta. — Le reprendió Charlotte.
—¿Qué
esperabas que hiciera? ¡El no! Yo…
—Eres tan
tonta Hella. — Repitió—. Seguro fue como ver al príncipe llegar en su enorme
carruaje y… — Hella escuchó como su amiga exhalaba un suspiro.
—¡Y nada!
— La interrumpió bruscamente—. ¡Sólo fue caballeroso conmigo, como lo haría con
cualquier persona en la misma situación, además por el hecho de que soy la
amiga de Vivian, nada más!
—No te
molestes ¡Cielos! ¿Qué rayos te ocurre hoy? Señorita malhumorada y sensible.
—Sólo
quería que supieras que estoy bien, que llegué bien anoche, te veo mañana ¿sí?
Adiós. — Y finalizó la llamada. No quería ahondar en la conversación puesto que
Charlotte querría sonsacarle algo más, a lo que ella no estaba muy dispuesta en
ese momento. Ella era de las que preferían más bien guardarse las cosas;
además, se trataba del amante de Vivian, se sentía asqueada de sí misma, por
desearlo y por ser incapaz de sacárselo de la cabeza y francamente de la piel,
temblaba de sólo pensar en la forma en que la había tocado y besado, y no supo
muy bien cómo fue capaz de rechazarlo. Así que decidió irse a casa de su madre
y que ésta la consintiese un poco. De modo que sin pensarlo mucho tomó sus cosas,
abrió la puerta y se marchó.
****
En su vida Charles había sido derrotado de forma
tan humillante, había perdido la cuenta de la cantidad de errores cometidos, su
saque era terrible, de seguro su instructor se habría horrorizado. Roger
parecía totalmente complacido, su sonrisa satisfecha y descarada.
—Te dije
que te aplastaría Manners —dijo autosuficiente.
Charles lo observaba regodearse con el rostro
totalmente contraído no sólo por el cansancio sino por la rabia e impotencia
irrefrenables que sentía. Se encontraba inclinado, las manos sobre las
rodillas, tratando de aminorar la velocidad de su respiración y los latidos de
su corazón. Sentía que no habían valido la pena tantas molestias, ya que bajo
ninguna circunstancia había podido sacarse de la mente los hechos de la noche
anterior.
Se había sentido terriblemente mal por no
acompañar a Hella hasta su casa, por la forma en que la había despedido.
Necesitaba saber cómo se encontraba y qué sentía, si pensaba que él era un
canalla y un aprovechador, un libertino sin escrúpulos. Se sentía miserable y
un completo imbécil.
—¿Qué
dices si vamos a comer y tomarnos algo luego? —musitó unos minutos luego Roger.
—Seguro,
pero primero a las duchas. — Sonrió muy levemente.
—Vaya, me
sorprendes Manners —dijo incrédulo pero muy sonriente—. Creí que te pondrías
insoportable, con lo mal perdedor que eres. Vaya, sí que te está afectando ésta
chica, Vivian.
—Ya te
dije que no se trata de Vivian ni de nada de lo que te estás imaginando.
—¿Entonces
se trata de alguien que no conozco? — Añadió ceñudo.
—No estoy de humor Wilson, démonos prisa ¿Sí?
Creo que estoy famélico.
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