Hola, hola! Amantes de la lectura!
No crean que ando demasiado animada estos días, la verdad es que sumando el trabajo más estudios estoy bastante agobiada, sumado a eso no he avanzado mucho en las lecturas y en cuanto a escritura, apenas he podido ni revisar los capítulos de la novela.
Tal y como comento en Wattpad, el capítulo 14 lo siento bastante flojo, pero lo importante es que espero en su momento poder corregirlo mejor. Bueno, acepto que no soy la super escritora, ni caso, soy sólo una aficionada, pero tampoco quiero aburrirlos todo el rato, cuando se toman el tiempo para leerme, así que bueno, les dejo el capi y espero que les guste por lo menos un poquito.
Capítulo 14
Gratamente Sorprendente
Hella despertó a
primera hora de la mañana, al abrir sus ojos Charles se encontraba recostado
observándola dormir, se frotó los ojos quizás para asegurarse de que lo que
veía no había sido producto de su imaginación. Todo había sucedido tan rápido y
parecía tan irreal, no podía creer que el señor perfecto, Charles Manners, se encontrara
en su cama y que hubiera pasado la noche allí junto a ella precisamente. Sólo
lo observó tiernamente y se negaba a tocarlo pues temía que se esfumara de
repente. Finalmente le dijo:
—Buenos días señorita Foster, ¿Ha dormido
bien?
—Magníficamente señor Manners. — Sonrió.
Charles parecía de alguna forma conmovido—. ¿Hace cuánto que no despertabas al
lado de una mujer? — Preguntó tímidamente.
—No es que tenga por costumbre hacerlo. — Enarcó una ceja, travieso.
—Sí pero asumí que alguna vez lo habías
hecho, sólo que ya no.
—Pues no, nunca ¿No crees que es algo muy
íntimo? ¿Qué podría establecer un cierto tipo de lazos?
—Y ¿Qué cambió ahora Charles? ¿Por qué es
diferente conmigo?
—Porque tú no eres cualquier mujer, quiero decir
que tú eres especial para mí, hay algo sobre ti que me hace querer hacer las
cosas de manera diferente, además, no creo que tú aceptarías menos ¿O sí? —
Ella le observaba embelesada.
—Tan sólo, no quisiera que lo estés haciendo
por mí, porque sea lo que yo desee.
—No Hella, yo también deseaba quedarme a
pasar la noche contigo, lo he deseado hace tiempo. Quiero decir. — Sonrió, sin
embargo, se mostró un poco contrariado—. He deseado estar a tu lado y tocarte,
besarte, en fin. — Suspiró y sonrió nuevamente completamente complacido.
Hella sonrió, se
acercó y lo abrazó, ambos rodaron juntos y Charles se posicionó encima, la
espalda de ella pegada a la cama, luego comenzó a obsequiarla con pequeños y
suaves besos en el rostro y deslizándose hacia su mandíbula, cuello y los
lóbulos de sus orejas, mordisqueándolos, logrando que Hella gimiera de placer
nuevamente, de modo que ambos comenzaron a besarse vorazmente y él la hizo suya
una vez más, tan intensa y tiernamente como la primera.
****
Cuando su respiración
se tranquilizaba, salió de pronto de esa especie de transe en el que se
encontraba, dio un gritito de ahogo al recordar que debía ir a trabajar, cuando
ya se levantaba para salir de la cama sintió que Charles la atraía y lo observó
con el semblante preocupado.
—¿Sucede algo malo mi amor? — Ella lo miró y
no pudo evitar una risa nerviosa, mientras Charles enarcaba un ceja, algo
perplejo por su reacción. Hella se tapó la boca para ahogar su risa.
—Lo siento, no ocurre nada malo, sólo que se
me hace tarde para ir al trabajo, de verdad lo siento. — Lo abrazó y dejó un camino de pequeños besos en su mejilla y en su
cuello.
—Tienes razón, estoy apenado, iré a preparar
algo de comer ¿Qué te apetecería?
—Bien, no sé, quizás sólo deberías
sorprenderme. — Sonrió juguetona. Charles le devolvió una dulce sonrisa.
—Debo confesar que el desayuno no es mi
especialidad pero pienso que me las apañaré muy bien, como siempre.
—Siempre tan modesto señor Manners —dijo
divertida—. Creo que me gustaría ver el resultado, porque jamás podría haberme
imaginado a su excelencia cocinando.
—¿En serio? ¡Oh! Ha de saber que me hiere
profundamente señorita Foster, puesto que creo recordar que la otra noche
saboreó usted mis sándwiches.
—¿Tú los preparaste? —dijo ceñuda y
mostrando su obvia incredulidad—. Creí que se lo habrías pedido a alguien, no
lo sé, supongo que debes poder pagar a una persona para que se encargue de eso
¿O no?
—Sí, tengo personas a mi servicio, pero son
seres humanos que también por casualidad tienen una familia, así que como soy
una persona caritativa pues, les doy los fines de semana libres para que puedan
pasar tiempo con sus familias.
—¡Vaya! Resulta ser que el señor perfecto
también tiene un gran corazón, después de todo. — Lo fastidiaba
desternillándose de risas, puesto que al oír esto Charles se echó encima de
ella y comenzó a hacerle cosquillas.
—¡Basta! ¡Basta! Charles, no sigas, ¡Por favor! Yo….
Soy como las hienas sabes!!!
Charles no pudo evitar reír a carcajadas.
—¡Es cierto! Si me río demasiado puedo morirme —dijo enarcando
una ceja pero al mismo tiempo sin poder parar de reír—. ¡Charles! Debo irme a cambiar. — Debido a que
Charles no podía dejar de reír y ya no la sujetaba tan fuertemente, Hella logró
zafarse de sus brazos y levantarse de la cama finalmente—. Muy bien —dijo—. Ahora iré a darme una ducha rápida.
—¿Necesitas ayuda? — La interrumpió con una mirada que
pugnaba entre inocente y pícara, muy poco convincente. Hella rio.
—No ésta vez, si lo permito jamás lograré salir
de ésta habitación y eso, señor Manners, es contraproducente, no querrá usted
que me echen de mi trabajo ¿O sí? —dijo enarcando una ceja.
—Lejos de eso mi querida señorita —respondió, mostrándose
muy satisfecho.
—Entonces si me permite, me dirigiré ahora al
cuarto de baño a tomar una refrescante ducha y lo veré en pocos minutos, espero
que más presentable, y quizás haciendo gala también de sus dotes culinarias.
—No faltaba más señorita Foster, le prometo que
haré mi mayor esfuerzo por complacer su exquisito paladar.
Ella se dio vuelta muy sonriente y se dirigió al cuarto de baño,
al salir, unos veinte minutos después, Charles ya no se encontraba en la cama,
de modo que caminó en dirección a su ropero, tomó un vestido que Vivian le
había obsequiado hacía un tiempo y que ella no había sido capaz vestir, la
verdad es que no era del tipo que le gustara usar vestidos, prefería unos jeans,
no se sentía demasiado femenina o coqueta, siempre había sido así, no le
interesaba mucho estar a la última moda, sin embargo, con Charles allí todo
parecía tan diferente, por primera vez quería sentirse hermosa.
Cuando finalmente salió de la habitación percibió un olor
delicioso y ciertamente estuvo segura que la esperaba un suculento desayuno.
Charles la llevó al trabajo esa mañana, aludiendo que se sentiría
muy culpable si la hacía llegar tarde, ella no pudo más que aceptar encantada,
ya que así podría disfrutar más tiempo de su compañía, antes de aparcar frente
al edificio de la revista le pidió el número de su móvil pues según le dijo,
había sido muy tonto al no pedírselo antes, de modo que intercambiaron números
y cuando Hella se disponía a bajar del auto Charles la tomó por el codo, la
atrajo hacia sí y la besó, cuando finalmente la dejó sin aliento, le dijo:
—Espero que me recuerdes el resto del día
porque sé que yo no haré otra cosa. — Hella sonrió sintiéndose muy
emocionada.
—Haré mi mejor esfuerzo para poder concentrarme
en mi trabajo. — Afirmó todavía más sonriente—. Gracias nuevamente por el desayuno
Charles, estuvo delicioso. De verdad no te creí capaz, bueno, corrijo, sí que
te creo capaz de hacer cualquier cosa, pero no creí que te esmeraras en lograr
cosas tan insignificantes como esa. Es gratamente sorprendente.
Charles la acercó de nuevo, la besó suavemente en la punta de su
nariz, sonrió, bajó del auto, se dirigió a la otra puerta y la abrió para que
Hella saliera. Ella bajó, tomó sus cosas y se dirigió al edificio. Cuando había
dado apenas unos pasos se dio vuelta y casi tiraba todo al piso cuando se
encontró con Charles parado justo frente a ella.
—¿Intentas matarme del susto? ¡Charles! — Pero éste no la
dejó terminar la frase, puesto que ya la había tomado en sus brazos y la estaba
besando. Cuando finalmente la dejó ir, ella estaba sin aliento, respiró
profundo y le dijo muy sonriente—: ¿Por qué has hecho eso?
—Es que ese vestido le sienta muy bien señorita
Foster y simplemente no me pude resistir —respondió con voz grave y seductora.
—Bien, la próxima vez tomaré precauciones, digo.
— Carraspeó levemente—. De presentarse una próxima vez.
— Por supuesto —dijo muy solemnemente.
Hella le hizo una tímida señal con la mano para decirle adiós, él
le sonrió y le correspondió con el mismo saludo.
Hasta mañana, espero, voy a descansar un poco....
Hija mia que rápido escribes jajajajajajaja Tengo que alcanzarte es un hecho, me estoy haciendo un hueco, asi que dentro de nada comienzo a ponerme al dia
ResponderBorrarGracias guapa, espero que te guste! ;D
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