Esta es la primera Cápsula de Reflexión que comparto. Lo hago porque hay dentro de la historia de Charles y Hella un pequeño pero hermoso cuento al que se hace referencia y que está relacionado con el pasado de Hella, el mismo es de Oscar Wilde y se conoce con el nombre de "El Ruiseñor y La Rosa". Ahora bien, lo tomo también en el sentido de que todos debemos alguna vez hacer ciertos puntos de inflexión o de experimentar un cambio a través de la reflexiones que hacemos mediante los sucesos de nuestras vidas y de lo que aprendemos a través también de las experiencias ajenas, es algo que quiero compartir y que espero les guste.
Había una vez en un jardín una rosa roja muy hermosa, se sentía de
maravilla al saber que era la más linda de todas. Sin embargo, se daba
cuenta de que la gente la veía de lejos.
Un día notó que a su lado había un sapo grande y feo, el cual nunca se
alejaba de ella y que por eso nadie se atrevía a tocarla ni verla de
cerca. Indignada y molesta por lo que descubrió, le pidió al sapo que se
retirara inmediatamente de ella… El sapo muy obediente dijo:
- “Está bien si eso es lo que quieres… Lo haré.”
Tiempo después, el sapo pasó por donde estaba la rosa y se sorprendió al verla, marchita, sin hojas y sin pétalos. Y le dijo:
- “Te ves muy mal…”
La rosa contestó:
- “Desde que te fuiste, las hormigas me han comido día a día y nunca pude volver a ser igual…”
El sapo le dijo:
- “Pues claro, cuando yo estaba ahí, me comía a las hormigas que acercaban, por eso eras la más bella del jardín”
Moraleja:
Muchas veces despreciamos a quienes están siempre a nuestro lado, por
creer que somos superiores a ellos, física y mentalmente o simplemente que
no nos sirven para nada. Pero, nadie sobra en éste mundo, todos tenemos
algo especial qué hacer, algo que aprender de los demás o algo que
enseñar, y nadie debe despreciar a nadie, porque puede ser que esa persona nos haga un bien, del cual ni siquiera tengamos conciencia.
Nota: Tomado del http://elacorazado.mx/
Que gran verdad. A veces no valoramos a las personas que están a nuestro lado y solo nos damos cuenta de la falta que nos hacen, en el momento en que no las tenemos. No debería de ser así.
ResponderBorrarMe ha gustado tu moraleja así que la voy a compartir.
Un beso
Hola!
BorrarQue bueno que te gustase, nos estamos leyendo.
Un abrazo...
No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos....
ResponderBorrarAcabo de hacerme miembro de tu blog, aquí te dejo el mio por si tú también quieres: www.piramidesdelibros.blogspot.com