jueves, 22 de octubre de 2015

Capítulo 5 - Historia de Dos Amantes

Hola Amantes de la lectura!

He pasado brevemente a saludarles y  dejarles al menos publicado el Capítulo 5 de la novela Historia de Dos Amantes.

Espero poder estar de lleno dedicada al blog muy pronto pero debido a compromisos laborales y académicos, eso cada vez se me hace más cuesta arriba, apenas si me queda un poco de energía para leer, por lo que muy pronto también les contaré acerca de eso, de mis últimas lecturas y las sensaciones que éstas me han dejado.

Así que como ya les había comentado en una de las entradas anteriores, dejaré publicado el capítulo aquí, para aquellos que no utilizan Wattpad y de igual forma el link en forma de imagen para que lo puedan leer, sobre todo aquellos que tengan la aplicación en su tablet o móvil, espero que les guste, aunque es bastante cortito y todavía falta desarrollar la historia.

Y ya saben, me encantaría leer sus comentarios acerca de lo que les está pareciendo, eso para mí sería no sólo enriquecedor sino que también me anima muchísimo para continuar con ésta "faceta" de mi vida, que más que eso es un sueño.

Capítulo 5

Capítulo 4
Las dotes de una reina

Después de pasar casi toda la madrugada despierta, ya que el señor Manners se había marchado justo antes del amanecer, Hella se acostó y no despertó sino hasta pasadas las 10 de la mañana. Cuando finalmente lo hizo se paseó por todo el departamento pero Vivian no se encontraba, al parecer había salido muy temprano ese día. Finalmente encontró una nota pegada a la heladera en la cual le pedía que se reunieran en el pequeño restaurant que solían frecuentar a pocas calles de su edificio, para la comida. Así fue como se preparó un poco de té, se dio un baño y se puso presentable, salió y decidió, en vista de que todavía faltaba bastante tiempo para la hora de la comida, caminar todo el trayecto hasta el lugar.

Cuando finalmente llegó, Vivian no se encontraba, de modo que se sentó en una mesa junto a la ventana para que ésta pudiera verla. Vivian tardó unos 10 minutos en arribar al lugar, la saludó al avistarla desde fuera, entró y se sentó. Se veía algo pálida y jadeaba un poco. 

—¿Llego muy tarde querida? —se disculpó. — Tuve que reunirme con mi agente, parece que me quieren para una campaña, tengo que entrevistarme con ellos mañana temprano.

—Llegué hace unos minutos, pero cuéntame ¿Es una gran campaña? —dijo muy animada.

—Sí, es una marca famosa de cosméticos, y debido a mis vínculos con la “aristocracia”. —ironizó, mostrando una mueca exagerada—. Los clientes piensan que yo represento magníficamente el target que necesitan, además de que abre las puertas a otro grupo de consumidores potenciales, ellos pretenden mostrar un estilo de vida que se asocie con el lujo y la sofisticación.

—Bien, creo que tú representas todo eso —indicó Hella con entusiasmo, siempre se sentía tan feliz por los logros de Vivian, al punto de considerarlos casi como propios.

—Le pedí a André que te recomendara para la sesión fotográfica, casi se lo exigí, soy su mejor cliente así que debe complacer mis caprichos. — Hella puso los ojos como platos. 

—No creo que esté en sus manos Vivian, no debiste hacerlo. — Vivian se encogió de hombros.

—Ellos son los que me quieren, así que deberían poder cumplir al menos una de mis exigencias, no veo cuál es el problema, tú eres una excelente fotógrafa —le dijo encogiéndose de hombros nuevamente y con un tono de indiferencia.

—Pero te aseguro que ellos no van a dejar, siendo una empresa tan importante, que una don nadie se encargue de su enorme campaña.

—¿No te sientes capaz de hacerlo? —increpó Vivian impaciente.

—No es eso Vivian, es sólo que. — Se quedó en blanco y no supo que agregar.

—¿Es sólo que qué Hella?

—Nada, sólo no seas tan persistente, sé que en ocasiones eres una niña malcriada. — Ambas sonrieron jocosamente.

—Bien ¿y cómo te terminó de ir anoche? ¿Cómo se siente Eloisse? Dios mío, debo visitarla ¡Quizás llevarle un regalo, un dulce delicioso!

—Puedes acompañarme ésta tarde, le dije que pasaría para ver como evoluciona —propuso Hella y Vivian pareció contenta con la idea.

—¿Y qué fue exactamente lo que sucedió?

—Pues que es muy terca y se niega a utilizar el elevador, bajó por las escaleras, por suerte a pocos escalones del suelo y se ha roto un poco el brazo, pero nada grave, ¡sólo unas pequeñas puntadas! — Le dijo con tono resignado.

—Qué horror —exclamó muy alarmada y preocupada, concediéndole la razón—. Esas escaleras son terribles, siempre me niego a utilizarlas, sólo a la fuerza y si no hay otro remedio. — frunció los labios.

—Lo sé ¿Cierto? Es lo que le dije, son muy inclinadas y oscuras. Espero que con éste accidente pues ella desista de seguirlas utilizando. Pero cuéntame de ti ¿Cómo te fue anoche? —inquirió entrecerrando sus ojos.

—Ehhh, bueno, Charles me llamó hace como una hora, y me contó de su pequeño encuentro —entrecerró a su vez los ojos, tratando de indagar el gesto de Hella.

—¡Ah sí! — Repuso Hella algo nerviosa—. Es que no podía dormir, luego él tampoco podía, yo estaba tomando un poco de vino, intentando relajarme, pero no fue nada. — Vivian la observó aparentando recelo, mutando luego a una sonrisa juguetona. 

—Cariño, él quedó absolutamente prendado de ti. 

—Honestamente no lo creo Vivian —respondió risueña y algo más relajada, le inquietaba ese encuentro que había tenido lugar tan sólo unas horas antes, el señor Manners tenía un efecto sobre ella que la angustiaba, aunque suponía que se trataba de algo natural ya que todas las mujeres parecían caer rendidas a sus pies.

—Por supuesto que sí e incluso cuando te marchaste anoche se quedó muy preocupado, me preguntó también si podía ayudar en algo.

—¿En serio? ¿El señor Manners preocupándose por una simple extraña? — Quiso saber más.

—Por supuesto, él es todo un caballero—. Lástima que. — Se contuvo y calló.

—¿Lástima qué Vivian?

—Bueno, que él tenga puesta una gran responsabilidad sobre sus hombros. Él será quien dirija los destinos de su familia, quien heredará el título, las propiedades y el dinero, así que se espera que, pues que él haga un buen matrimonio, que ya sería más bien una alianza comercial y desde el punto de vista social. No cualquiera puede contraer nupcias con un futuro Duque —agregó con un leve encogimiento de hombros.

—Pero eso es tan estúpido, tan del siglo pasado —acotó exasperada.

—Ya sabes que algunas de las familias de nuestra sociedad suelen ser muy tradicionales. Para algunos formar parte de la aristocracia tiene muchas ventajas pero también conlleva grandes sacrificios.

—Pero tratándose de ti no habría problema —dijo entrecerrando los ojos y analizando su expresión.

—¿A qué te refieres? —indicó Vivian distraída.

—Bueno, tú desciendes de una buena familia, eres hermosa, posees una excelente educación, eres muy elegante y sofisticada.

—Cariño gracias, pero yo soy como una paria más bien. — No logró contener una risita sonora—. Además, no entiendo a qué te refieres, yo no intento atrapar a Charles, sólo la pasamos bien, sin complicaciones ni ataduras. Él es un hombre muy apuesto y… — Bajó la voz casi hasta susurrar—. Un amante de lo más capaz. — No pudo contener la risa nuevamente al observar la reacción de Hella, quien se sonrojó totalmente y puso los ojos en blanco.

—Hella ¡Ya no somos unas niñas! Digo, él me gusta, me encanta, es un príncipe, pero yo no estoy entre sus planes ni él en los míos, yo gozo de mi libertad y no cambiaría mi situación a menos que me enamorara perdidamente de alguien, y aunque Charles me resulta irresistible, sé que no debo enamorarme de él, su familia no lo permitiría tampoco, yo sería una mancha en el árbol familiar, la futura Duquesa debe poseer todas las dotes de una reina, su estirpe es muy antigua y tradicional, yo no encajaría, y yo sólo le gusto muchísimo, no está enamorado de mí.

—Así que es un libertino —repuso Hella con exasperación.

—Yo creo que está disfrutando al máximo de su soltería y su fortuna —señaló como restándole importancia—. Por supuesto no le falta una mujer para llevarse a la cama, todas lo desean. 

—¿Cuándo piensan encontrarse de nuevo? — Hella no mencionó nada acerca del encuentro que ellos habían sostenido hacía pocas horas. Tanto Vivian como él afirmaban que no era algo serio, sin embargo, Vivian jamás había llevado hasta el departamento a ningún amante, lo que le generaba cierta suspicacia. Pero a fin de cuentas jamás se había entrometido en las decisiones de Vivian, a menos que ésta solicitase directamente su opinión.

—No creo que nos veamos de momento, tengo algunos asuntos pendientes.

—Así que me abandonarás de nuevo. — Frunció el ceño y suspiró casi con amargura.

—Por supuesto que no —contestó alertada y nerviosa, le colocó la mano encima de la de Hella y la observó con ternura—. Si todo va bien podemos trabajar juntas en la campaña y debo viajar ésta misma semana a Londres, mi madre me espera —hizo un mohín, provocando una sonrisa en Hella. 

La madre de Vivian se había radicado en Londres hacía dos años, cuando ésta se independizó totalmente de su familia. Su padre se quedó a organizar los negocios y a continuar con su vida disipada que era en realidad un secreto a voces, pues la gente solía hablar, nada permanecía a las sombras. 

Las personas lo toleraban porque hasta cierto punto siempre se consideró algo natural, ya que en la alta sociedad lo que más escaseaba era el matrimonio por amor, de modo que las conveniencias aplicaban hasta el punto de sostener vidas paralelas, con la anuencia de ambas partes. En éste último caso, Diana Thompson, la madre de Vivian, jamás estuvo de acuerdo con los deslices de su marido, por lo que vivían vidas separadas, así que en última instancia optó por hacer sus maletas y marcharse a Londres para no regresar.

—Que bien —indicó, aunque en un tono un tanto melancólico—. Me parece muy sensato que hagas las paces con tu madre, después de todo sólo tienes una. — Sonrió.

—No pienso quedarme sino unos pocos días, ya sabes cómo es mamá, es un fastidio, busca cualquier excusa para hallarme un pretendiente para casarme y tampoco aprecia mi estilo de vida.

—Y no la culpo ¡Yo te habría encerrado en un sanatorio! — Se encogió de hombros.

—Yo no estoy loca, mi vida es sólo poco convencional. — Entrecerró sus ojos y bufó en señal de protesta.

La conversación continuó, charlaron sobre intrascendencias y cosas de chicas. Vivian como siempre intentó acorralar a Hella con el tema de una pareja, la insto a divertirse, a tratar de encontrar un nuevo amor, le dolía dejarla sola, sin compañía. Hella en su defensa, alegó que Charlotte era suficiente compañía para ella.

Cuando terminaron de almorzar se marcharon a casa de Eloisse en donde permanecieron el resto del día, prepararon la cena y se despidieron a eso de las 10. Eloisse estuvo encantada de ver a Vivian, para ella era como una segunda hija, la adoraba porque siempre cuidaba y apoyaba a Hella.

Una vez en casa prepararon un poco de té, Vivian se marchó a su cuarto y Hella a su pequeño estudio para revisar las últimas fotos que había tomado para la revista. Quería darles un aspecto vintage, puesto que eran tomas de la ciudad. 

Ambas se fueron a dormir muy temprano ya que Hella debía ir al trabajo y Vivian a la reunión con su agente.

Al día siguiente, Hella se acicaló muy rápidamente y se marchó apenas amaneció por lo que no pudo despedirse de Vivian. Debía preparar las fotos para mostrárselas a Charlotte. Debían montarlo y mostrarlo en la reunión con los editores y los jefes de redacción y edición, asistentes, entre otros.


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Gracias una vez más por llegar al final, ya me contarán qué les está pareciendo, nos leemos pronto!!!


                              


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