Hola! Hoy les traigo un nuevo capítulo de mi novela, el cual será publicado simultáneamente en Wattpad, ya que nos encontramos en la espera del nuevo capítulo de la novela grupal. Espero que ésta semana se logre y Marilo nos lo pueda compartir, sino pues tocará quedarnos un poco más con la intriga.
No les daré mucho preámbulo, de modo que aquí se los dejo y espero que les guste.
Capítulo 17: Algo Nuevo
Después de dos días con sus dos noches
maravillosos, Hella se sintió un tanto decepcionada cuando Vivian finalmente
llegó a la ciudad, la llamó justo en el instante en que se bajaba del avión y
se dirigía al departamento, le pidió que se vieran para almorzar en un
restaurant cerca de la editorial. Hella estaba nerviosa, quizás algún conocido
de Vivian la viera junto a Charles y le habría contado la verdad, aunque
realmente no habían salido en público, salvo por la ocasión en que fueron a
cenar, pero había sido fuera, de modo que pensó que estaba siendo demasiado
paranoica e intentó no darle más vueltas al asunto. Además estaba el hecho de
que Vivian no solía frecuentar a mucha gente de la ciudad y menos desde que su
carrera despegara tanto y estuviese tan ocupada.
Debía reunirse con el editor y todo el equipo esa
mañana, así que enfocó su mente en ello.
Vivian llegó diez minutos tarde, como de
costumbre, se la veía con su actitud habitual, lo que la tranquilizó muchísimo.
—Es bueno
estar de vuelta Hella —dijo emocionada al abrazarla, nada más llegar y sentarse en la
mesa en la que su amiga la había estado esperando—. Mamá ha estado más
insoportable que de costumbre, igual la quiero, ya sabes — añadió al notar la
mirada reprobatoria de Hella—. ¿Y Cómo te ha ido a ti cariño? ¿Qué tal estuvo
la gala? Supongo que Charles se portó como todo un caballero. — Concluyó, mostrándose
muy curiosa.
Hella sintió un leve hormigueo en la nuca—. La
gala estuvo magnifica —dijo —. El señor Manners fue muy atento y nos permitió
tomar algunas fotografías, Charlotte los entrevistó a él y a su madre.
—De modo
que conociste a lady Manners. Margareth es una mujer extraordinaria realmente,
es muy amiga de mi madre ¿Sabes? De hecho, mamá me ha comentado que en unos
días se verán por no sé qué, ya sabes, quizás algún asunto benéfico, pero
bueno, lo cierto es que llegó a oídos de madre que Charles y yo hemos estado
viéndonos, sólo espero que no le dé ahora por comentarlo con Margareth, quien
sabe dónde escucharía tales habladurías—. Puso los ojos en blanco, en tanto
Hella permanecía muy callada.
—No
entiendo —dijo ésta finalmente.
—Bueno que
a mi madre le ha dado ahora por emparejarnos. Aparentemente escuchó rumores
acerca de que nos hemos visto tanto en Londres como aquí en la ciudad. Hella
¿Qué sucede? Te has puesto pálida.
—¿Yo? No
me sucede nada, sólo estoy muerta de hambre supongo.
—Perdóname
cariño, yo sólo estoy habla y habla y no hemos pedido nada de comer. — Llamaron
al mesero y ordenaron su comida. Cuando éste se marchó Vivian continuó—. ¿Dónde
me quedé? ¡Ah sí! Bueno, como te decía, mi madre me dijo que ella y Margareth
Manners coincidirán pronto en un evento en Londres, aunque si te soy honesta pienso
que la madre de Charles todavía no pierde las esperanzas de que éste se
reconcilie con Stella.
De pronto Hella sintió una punzada de curiosidad,
porque ¿No había visto como una elegante y arrebatadoramente bella mujer se
había mostrado demasiado cariñosa con Charles durante la gala? Ella lo había
olvidado en vista del giro que habían dado las cosas en los últimos días, pero
ahora que Vivian traía a colación ese asunto de una ex novia, estaba casi
segura de que se trataba de ella.
—¿Quién
es ésta Stella que mencionaste? —preguntó a Vivian interrumpiéndola
repentinamente.
—¡Oh! Es
la única novia oficial que ha mantenido Charles, pero de eso hace tiempo,
cuando apenas estaba en la universidad ¿Por qué lo preguntas?
—Es que
mencionaste que su madre la invita a cada evento y justo en la gala…
—¿Qué
Hella? Dímelo —repuso inmediatamente Vivian muy curiosa.
—Pareces
muy interesada.
—¡Claro
que no! — Vivian hizo un gesto con la mano restándole importancia—. Es que tu
expresión es, no sé, pareces medio alterada o nerviosa.
—Simplemente
que a la hora del concierto Charles, quiero decir, el señor Manners. — Corrigió
algo nerviosa—. Se sentó justo en medio de su madre y una mujer muy atractiva y
elegante, y en un momento pues, ella le tomó la mano.
—¿En
serio? — Señaló intrigada. Colocando sus codos encima de la mesa y apoyando sus
mejillas entre sus manos, mostrándose demasiado interesada en la conversación
que mantenían, y generándole también mucha suspicacia a Hella.
—Sí, pero
él muy galantemente la apartó, por su reacción ella parecía bastante incómoda y
quizás decepcionada. — Se encogió de hombros.
—Vaya,
entonces no prestaste mucha atención al concierto —indicó enarcando una ceja en
un gesto que pretendió ser sardónico.
—Fue
inevitable Vivian. — Hella enarcó una ceja a su vez, disgustada por el tono
empleado por su amiga—. Charlotte y yo nos encontrábamos detrás de ellos, sólo
desvié mi vista concentrada en la música y así fue como capté la escena, por
pura casualidad. — Agregó, tratando de mostrarse indiferente.
—Eso
demuestra que Charles no está dispuesto a ceder, tal y como todo el mundo dice.
—La gente
de su círculo es muy intrigante ¿No?
—¿Te
refieres a nosotros los aristócratas? — Añadió Vivian, ceñuda.
—Sí
bueno, todos parecen tan interesados en la vida de los demás y parece que
conspiraran unos contra otros.
—Bueno, eso
ocurre hasta entre las más grandes familias Hella. En fin. Mi madre estuvo todo
el fin de semana dirigiéndome indirectas sobre el asunto. — Exhaló de forma
poco femenina.
—¿Y qué
le dijiste?
—Nada, la
ignore en todo momento. En éste período de mi vida no tengo tiempo para
gastarlo en éste tipo de cosas. Además, Charles no se ha mostrado muy
interesado, eso fue lo que le dije a mamá, él no me ha vuelto a llamar desde la
última vez. — Hella rodó los ojos cuando Vivian se distraía mirando por la
ventana del restaurant—. De hecho, ha permanecido aquí los últimos días cuando
me aseguró que viajaría a Londres por unas semanas, supongo que el trabajo lo
ha mantenido muy ocupado, de hecho su familia se trasladó para acá,
probablemente nos topemos con ellos el fin de semana, porque se supone que vas
a acompañarme a la casa de la playa ¿Cierto? Aunque lo hayamos pospuesto unos
días más, la última vez iba en serio, necesitamos un fin de semana para
disfrutar juntas como no lo hacemos hace mucho —. Vivian le obsequió una
sonrisa resplandeciente, tan segura que Hella pensó no tendría oportunidad de
negarse ésta vez.
—Por
supuesto —respondió Hella, un poco insegura con su decisión. La verdad es que
lo que menos deseaba era encontrarse con los Manners, sería demasiado incómodo.
—Bien,
porque Claire es la única que se nos unirá. De verdad pienso que necesitas algo
de descanso Hella. — Le tomó ambas manos de forma cariñosa y se las acarició
con suavidad.
—Estoy de
acuerdo, quizás un par de días de sol y playa me sienten bien.
—Eso es
lo que pienso yo. Por otro lado, ya casi comienza la temporada y seguro que nos
invitarán a una u otra fiesta.
—Creí que
dijiste que nos relajaríamos.
—También
podemos divertirnos un poco ¿No crees?
—Ya
veremos —dijo Hella casi con aprensión.
****
Charles no estuvo muy feliz con la idea de que
Hella no podría quedarse a dormir junto a él esa noche, al menos hasta tanto
ella no aclarase con Vivian lo ocurrido. Mientras se dirigían a su loft, luego
de recoger a Hella de su trabajo para pasar unas horas juntos, ésta le explicó
su charla con Vivian durante la comida, le sorprendieron las cosas que la gente
solía comentar a sus expensas. Cuando finalmente entraron al departamento, tomó
a Hella desprevenida y se la llevó a la alcoba, la besó apasionadamente y le
hizo el amor sublimemente.
Mientras se encontraba apretujada a su pecho
sintió que de pronto su inseguridad y su falta de experiencia afloraban y la
hacían temer acerca de cómo podrían marchar las cosas en un futuro, de continuar
su relación con Charles, puesto que todo los separaba, eran de mundos tan
diferentes, de hecho ella era una don nadie, mientras que él era tan cultivado
y experimentado.
Nunca había sido lo suficientemente segura de sí
misma y carecía del aplomo que Charles o Vivian incluso poseían casi de forma innata,
quizás porque en la medida en que fueron creciendo y siendo conscientes de su
condición y de su lugar en la vida, les fue emergiendo esa convicción de que
formaban parte de un grupo selecto al que muy pocos mortales tenían derecho.
Vivian le había dicho que la mujer que se casara con Charles debía poseer casi
las dotes de una reina. Se sintió estúpida al sopesar esa posibilidad, era
absurda. Pero entonces ¿A qué futuro podía ella aspirar a su lado? Esto la hizo
sentir tan desdichada, aun allí, a su lado, en su cama, donde le acababa de
hacer el amor increíblemente. Se apretó mucho más a él, mientras él se revolvía
un poco y comenzaba a acariciar y besarle el cabello.
—¿Qué
sucede pequeña? Has estado muy callada y
de repente te noto tensa. — Deslizó su mirada hacia la de Hella, quien se
encontraba a la altura de su mentón y la observó de soslayo, notablemente
preocupado.
—No pasa
nada Charles. — Ella le desvió la mirada y expulsó un poco de aire.
—Hella,
no soy tonto, ya sé que no tenemos toda la vida conociéndonos pero te noto
diferente ¿Estas preocupada por cómo se vaya a tomar las cosas Vivian? Amor, si
lo deseas puedo charlar yo con ella.
—No
Charles, eso debo resolverlo yo, aprecio que quieras ayudar pero ella es mi
mejor amiga y me corresponde a mí contarle todo… Charles, yo…
Cuando Hella no acabó la frase, Charles la tomó
entre sus brazos, la colocó a su mismo nivel, de forma que estuvieron uno
frente al otro. Se notaba preocupado y Hella lo observaba afligida. Charles
enmarcó el rostro de Hella con sus manos y la acercó, le dio un beso suave y
luego rozó su nariz acariciando su rostro tiernamente.
—Hella,
lo que sea que te inquiete, lo que te preocupe, lo que sea que te esté molestando,
no lo sé, sólo dímelo y lo solucionaremos juntos por favor. — A Hella no le
gustó su semblante preocupado, así que le tomó el rostro con sus manos y
repitió el mismo gesto de él hacía unos segundos.
—Yo…
estaba pensando si es necesario que le cuente todo a Vivian, digo, apenas hemos
estado saliendo unos días y no sabemos muy bien hacia donde nos llevará todo
esto… — Hella había estado diciendo todo
esto mirando hacia un punto inespecífico, pero al tornar su mirada hacia
Charles se quedó petrificada cuando notó la forma en que él la estaba
observando, se veía rabioso—. Charles ¿Qué sucede? — Charles se levantó y se
sentó a un lado de la cama, sin importarle aparentemente el estar completamente
desnudo.
—Es que
me deja anonadado señorita Foster. — Definitivamente estaba furioso, pues
Charles sólo la trataba de usted cuando estaba molesto o cuando quería mofarse
de ella, pero en éste caso, definitivamente no se trataba de una broma.
—Charles
¡Por favor escúchame! — Hella intentó asirlo por el hombro pero éste
repentinamente se dio la vuelta, se arrojó a la cama, encima de Hella y la
inmovilizó completamente, tomando sus manos y colocándolas juntas encima de su
cabeza.
—No,
escúchame tú Hella, no sé quién demonios piensas que soy —dijo, su cara tan
cercana a la de ella que podía sentir su aliento y su rabia, Hella trató de
mover su rostro a un lado y cerró sus ojos para no ver su rictus violento,
estaba aterrada porque no creyó verlo nunca tan enojado, por lo general Charles
se mostraba demasiado tranquilo y dueño de sus emociones, pero él no permitió
que le evitara, pues mientras con una mano le sujetaba con fuerza las suyas con
la que tenía libre la tomó del mentón y la obligó a mirarlo fijamente—. Hella. —
Le decía—. Mírame a los ojos cuando te hable, no seas tan cobarde y actúa como
una mujer adulta. — Se sintió tan herida por sus palabras que en un arrebato de
rabia abrió los ojos y lo observó con rudeza.
—No me
trates como si fuera una niña Charles Manners, no te lo voy a permitir. — Trató
de zafarse sin éxito pues él la tenía bien sujeta con todo su cuerpo.
—Entonces
deja de comportarte como tal y dime qué diablos ocurre, no entiendo a qué
vienen tantas dudas ¿Es acaso que dudas de mi palabra o mi proceder? — Lo único
que escuchó fue una especie de gruñido rabioso y quizás desesperado. En seguida
Charles suavizó la postura de su cuerpo y empezó a besarla con igual
desesperación, primero en el cuello y subiendo por su barbilla, luego en sus
mejillas, en sus ojos, nariz hasta detenerse en su boca, parecía como si
quisiera devorarla, había una rabia y una urgencia en su manera de besarla,
Hella en principio no le correspondió, sin embargo, como siempre no pudo
resistirse a él y permitió que su boca y lengua, se introdujeran en la suya.
Sus manos le recorrían todo el cuerpo, apretándola más contra el suyo, parecía
hambriento de ella. Inmediatamente se sirvió de sus muslos para separar los suyos
y la penetró poderosamente mientras ambos caían en una espiral de pasión, entre
respiraciones entrecortadas y gemidos, Charles se movía dentro de ella,
entrando y saliendo y Hella lo recibía y movía sus caderas al ritmo que le
marcaba, cada vez más intenso, hasta que ambos casi al unísono alcanzaban su
éxtasis, él, por supuesto, salía inmediatamente antes del clímax.
Charles, exhausto, se quedó encima de Hella
mientras ésta se abrazaba a él, no le importaba su peso, quería mantenerlo
allí, que la cubriera con su cuerpo y no la abandonara. Luego comenzó una
especie de rito en el que le besaba suavemente el cuello, mientras pronunciaba
su nombre casi en un susurro, una y otra vez — ¿Qué me estás haciendo Hella?
Esta necesidad de ti que no logro saciar —dijo casi en murmullos—. No entiendo
por qué tienes tantas dudas si yo he puesto tanto de mí para que entiendas que
esto no es algo casual ¿por qué de repente te noto tan lejana? Entiende que
estás en mi vida, porque yo he querido que formes parte de ella. Es algo tan
nuevo para mí pero que me hace sentir tan bien. Intento ser algo bueno para ti,
aunque sé que no será fácil, pero es algo que necesito intentar contigo.
—Charles,
es algo nuevo para los dos —dijo con voz trémula, pues sentía un nudo en la
garganta, sentía deseos de echarse a llorar, de emoción, de felicidad. Lo
abrazó con más fuerza y él le correspondió. En ese momento no necesitaron más
palabras entre ellos, sólo ese abrazo y ese instante bastaban.
Espero poder comenzar a leerte a inicios de abril me voy a dar ese tiempo y comenzaré poco ap oco. Así que no pienso leer nada hasta esa fecha... por dios a ver si soporto als ganas
ResponderBorrarAy gracias guapa, la verdad espero que te guste, pero si no, no pasa nada.
ResponderBorrarBeso!